Parece ya bastante lejano aquel octubre de 2010 cuando Microsoft lanzó Windows Phone al mercado y parece incluso que se nos ha olvidado que Nokia no estaba en el “carro” en ese entonces, pero las cosas han cambiado y parece que hoy en día al mencionar Windows Phone entre los geeks es sinónimo de también mencionar a Nokia y eso es algo que en mi opinión a priori parece favorable, pero a largo plazo no le va a hacer ningún bien ni a Microsoft ni a Nokia (de hecho hablas con un poseedor de un Nokia Lumia y muchas veces éste parece que ni sabía que Windows Phone existía antes de la salida de los Lumia).
¿Por qué? Microsoft y Nokia deben recordar que no son Apple y ellos por sí solo no tienen la capacidad de promover todo el ecosistema. Nokia debe acordarse de que ahora es un simple fabricante de dispositivos con Windows Phone (aunque algo exclusivo, dado que no fabrican teléfonos con Android, a diferencia de HTC o Samsung por poner un ejemplo) y Microsoft en vez de estimular a Nokia y darle un trato preferente (como los 500 millones de euros que han soltado a la compañía finlandesa en los últimos cinco meses), debe recuperar la confianza de los otros fabricantes. Es cierto dirán algunos que con la llegada de Nokia, la importancia del marketing y el esfuerzo por promover Windows Phone se hizo bastante patente y es algo que realmente ayudó la plataforma a despegar y con la llegada de Nokia también llegaron los dispositivos como el Lumia 800 o el Lumia 900 con diseños bastantes excepciones que ayudaron a identificar a Windows Phone.
Pero Microsoft se olvidó de otros dispositivos excepciones (aunque bien cierto es que los fabricantes como Samsung, LG y HTC tampoco se preocuparon de promocionarlos demasiado) como el HTC Radar, HTC TITAN, HTC TITAN II y el Samsung Focus S, dispositivos que en mi opinión eran bastante superior al Lumia 800 o el Lumia 710 (el Lumia 900 no ha estado disponible hasta hace muy poco en EE.UU y aún no está disponible de forma internacional) y a parte de ser dispositivos con hardware superior y firmware mucho más pulido (hay que recordar que el Lumia 800 y el 710 salieron sin cámara frontal, con problemas en la batería, sin equalizador de sonido, sin posibilidad de compartir 3G por WiFi etc…) y aun así Microsoft le dio preferencia a los teléfonos de Nokia y así pues fue completamente normal que los demás fabricantes se pillasen un cabreo monumental.
Microsoft se olvidó de sus otros socios que ya tenían muchísima más experiencia montando smartphones con Windows Phone. Con todos los fallos que tenían los Lumia al principio creo que han hecho incluso daño a Windows Phone comercialmente (aunque ahora que están casi todos los fallos corregidos me parecen un gran producto) y creo que con la salida de Windows Phone 8 al mercado deberían hacer un esfuerzo por recuperar la confianza con los demás fabricantes especialmente HTC y Samsung; HTC porque ahora esta en un momento regular con Android (a falta de ver el éxito de la serie One) y ha sido desde siempre hasta hace un año, el mayor socio de Microsoft en el departamento de smartphones y en mi opinión desde la salida de Windows Mobile 6 hasta la salida del Lumia 900 han sido los que han hecho dispositivos más completos con la plataforma de Microsoft (Touch HD, HD2, HD7 y TITAN) y con mayor valor añadido y Samsung porque simplemente tienen un superventas como es la serie Galaxy S (muy completa y habrá que ver que tal está el Galaxy SIII) y con el tirón que están teniendo sería interesante que empezasen una serie similar con Windows Phone 8, a parte de que siempre están a la vanguardia en componentes internos (pantallas AMOLED, procesadores Exynos etc…).
Concluyendo, con Nokia ya metida en Windows Phone, toca ganarse otra vez la confianza de marcas como Samsung, HTC y LG .¿No estás de acuerdo?