Sin embargo, este paquete no parece que sólo vaya a aplicar a Windows 8, sino que de acuerdo a ciertos rumores, también aplicaría a sistemas operativos Windows Phone y Windows Server, además de a servicios como Skydrive, Outlook, etc. O sea, Blue sería una actualización global de todos los productos, que puede que no llegue a todos los servicios y sistemas operativos a la vez, pero sí de una forma coordinada.
Esto no significa que antes de llegar Blue, no se liberen pequeñas correcciones, actualizaciones y nuevas funcionalidades que se añadirán a Windows 8, Windows RT, Windows Server o Windows Phone. Un ejemplo para Windows Phone es la primera actualización menor denominada Portico.
Como decimos, estos paquetes de periodicidad anual suponen un cambio en la política de desarrollo de software y servicios. Ya que hasta ahora, Microsoft se centraba en crear una actualización importante cada dos o tres años, y se pasaría a una actualización anual y a distribuirse por nuevos canales. Por ejemplo, para Windows se habla de que Blue podría llegar a través de Windows Store, evitando así el tener que pasar por una fase RTM (Ready to Market) y confiando en que los fabricantes incluyan en sus nuevos ordenadores la nueva versión de Windows. Así, sería una forma más directa con el usuario.
No existen noticias oficiales de las novedades que se incluirán ni en Windows ni en los servicios, pero sí que hay rumores de que se mejoraría la experiencia de usuario y capacidades para desarrollo de aplicaciones. También se mejorarían las aplicaciones propietarias de correo, calendario, bing, etc. Y se incluiría una nueva versión de Internet Explorer.
Por supuesto, una de las principales premisas es la compatibilidad con Windows 8 y Windows Phone 8, para poder permitir que esta actualización no tenga que ser probada de forma detalla por integradores.
La verdad es que este cambio de política de actualizaciones no es nada descabellado, viendo cómo se actualiza iOS y Android. Generando así paquetes funcionales que podrían distribuirse globalmente y que si tienen algún coste sería muy reducido. Además, se evitaría una dependencia de fabricantes. Eso sí, esperamos que se evite la fragmentación que se sufre en Android. ¿Creéis que esta política ayudará a dinamizar las actualizaciones de Windows?