Ha aparecido una noticia en un periódico finlandés referente a un Nokia Lumia 920, que no se centra en las características técnicas del terminal, ni en su cámara, ni en su pantalla, sino que hace una referencia a un hecho real que puede sorprender a más de uno.
Así, el Nokia Lumia 920 superó una prueba extrema cuando un trabajador lo pierde en una excavación minera. Al darse cuenta, hizo lo que haríamos todos, llamarse al teléfono para averiguar dónde podía estar. La sorpresa vino cuando el sonido del teléfono provenía debajo de la tierra que acababan de mover las máquinas excavadoras. Así el teléfono fue encontrado a medio metro bajo tierra, funcional, pero un poco destartalado.
La pantalla estaba estallada, y la carcasa del teléfono algo distorsionada, pero todavía funcionaba y lo único que no se podía hacer era colgar llamadas. El resto de funciones estaban intactas.
Cuando el propietario envió el teléfono al servicio técnico de Nokia, no le dijeron que el teléfono era ya inservible, sino que su respuesta es que intentarían repararlo. Una respuesta sorprendente. Y que junto a la resistencia demostrada por el teléfono, animó al sufridor propietario a inmediatamente comprarse un nuevo Nokia Lumia 920.
Así, el dueño del terminal indicó que otros teléfonos Nokia, que habían tenido accidentes en la mina, y que incluso eran muchos menos extremos que este, no habían sobrevivido. Y que su mujer ya estaba pensando que los accidentes empezaban a ser demasiado sospechosos y que lo que quería era cambiar de terminal. Pero desde luego, si ese era el objetivo, con el Nokia Lumia 920 no le va a ser fácil.
¿Vuestro terminal ha superado alguna experiencia extrema?