A principio de mes, Vodafone sorprendió con el lanzamiento comercial de la nueva red móvil de datos, conocida como 4G, y bajo el estándar LTE. De esta manera, se convertía en la primera operadora en España con el servicio comercial adelantándose a Orange (lanzamiento previsto para julio) y a Yoigo, también previsto para el mismo mes.
A la espera de que se concrete el denominado dividendo digital (liberación de frecuencias ocupadas por la TDT) y así poder utilizar frecuencias más bajas y, por tanto, con mayores ventajas en cobertura. El despliegue se ha realizado con frecuencias más elevadas que tienen menor penetración en interiores, pero que no tenían problemas de ocupación.
Dentro de los terminales con Windows Phone que soporten la red LTE que se encuentra desplegada actualmente en España, tenemos a al Nokia Lumia 820 y al Nokia Lumia 920. Éste último es el que hemos utilizado para realizar el análisis que os presentamos a continuación. Recordar que si vuestro terminal no es libre, es posible que necesitéis una actualización de firmware para habilitar el soporte LTE. No hay que olvidar que el recién presentado Nokia Lumia 925 también será compatible, pero su comercialización no ha comenzado en España.
Este es el punto en el que se hace mayor énfasis en la publicidad y que todos queremos comprobar. Con la nueva red de LTE se espera que el aumento de velocidad sea diferenciador respecto al 3G, y la verdad, es que para ser las primeras pruebas y una red que acaba de lanzarse, el resultado es muy positivo.
Así, en las pruebas de descarga y subida pura y dura, podemos apreciar velocidades de bajada (de la red a nuestro móvil) de casi 50Mbps y velocidades de subida (del móvil a la red) de 18Mbps. Comparado con los 4,5Mbps de bajada y 2Mbps de subida que se conseguían en 3G en el mismo lugar, el salto es sustancial. O sea, multiplicamos por 10 la velocidad de bajada, y casi por el mismo valor la velocidad de subida.
Pero no hay que centrarse sólo en la velocidad de bajada. Sí, casi 50Mbps son sorprendentes, pero una velocidad de subida como la obtenida, no lo es menos. Esto va ha conseguir que enviar fotos, vídeos u otro material, se consiga en un tiempo record. Tened en cuenta que una foto sin reescalar puede tener unos 3 o 4 MB. ¡Se podrá enviar en cuestión de 1 segundo! O, ¿cuánto tiempo se tardará para enviar documentos a SkyDrive?
Desde luego, el salto cuantitativo es más que real. Y que por otro lado, nos hacen pensar que las limitaciones en velocidad pueden ahora trasladarse al servidor que nos provee el contenido, en vez de a la parte radio o acceso. Un ejemplo es que si cambiamos de servidor para realizar las pruebas, el resultado empeora considerablemente lo que nos puede indicar que la saturación en velocidad es debido al servidor.
Este es otro de los puntos que tenemos que revisar de forma detenida. Es uno de los principales problemas que tiene actualmente las redes móviles, que pueden ofrecer velocidades muy interesantes, pero que tienen una latencia elevada haciendo que los tiempos entre que solicitamos la información hasta que nos llega (aunque sea a alta velocidad) se demore un tiempo considerable.
En las pruebas hemos obtenido resultados dispares, pero podemos indicar que, en general, los valores de la red 4G respecto a los obtenidos por la red 3G se reducen a la mitad, lo que conlleva una navegación más fluida. Igual no os parece un detalle diferenciador, pero teniendo en cuenta que, por ejemplo, para cargar una página web se realiza una solicitud por cada imagen que contenga, se va sumando y la diferencia es sustancial en páginas complicadas.
Así, gracias a la diferencia en velocidad y al menor retardo de la red, un teléfono con Windows Phone gana comparativamente en fluidez. Una fluidez que acompaña perfectamente a la que ya de por sí contiene el sistema operativo, pudiendo navegar por las secciones de novedades de los contactos, actualizaciones de Facebook o Twitter, álbumes de fotos, etc, casi como si el contenido estuviera en tu propio móvil en local. Las consultas a la red se hacen casi instantáneas.
Todo esto está muy bien. Tenemos una velocidad de vértigo y además con menor latencia. Pero, ¿todo esto tendrá algún coste en el consumo de batería? Para daros una respuesta, distinguiremos entre el consumo mientras se usa el terminal, y el consumo en espera. En el primer caso, podemos decir que no hemos notado un mayor consumo por tener una mayor velocidad. Puede que la propia tecnología LTE pueda requerir más recursos, pero parece que la mayor velocidad, y por tanto, menor tiempo en el que el terminal está activo recibiendo o enviado datos lo compensa.
Mención aparte requiere el consumo en espera. Por lo menos, para el Nokia Lumia 920 con el que hemos estado probando, el consumo en espera cuando estaba bajo cobertura LTE se ha visto reducido (aumentando, por tanto, el tiempo en espera). Por lo tanto, cuando estamos en espera bajo LTE el tiempo de espera se ve aumentado. Un resultado sorprendente, pero es lo que nos indican los datos recabamos por el consumo de la batería. De nuevo, una hipótesis puede ser que en espera, el teléfono necesita menos tiempo para realizar las tareas rutinarias y conexiones a red (notificaciones, sincronización de cuentas de correo, etc) y como tal, el tiempo en reposo es mayor.
Este es el punto débil actual, pero comprensible, ya que esta red acaba de ser lanzada. En el lanzamiento encontraremos cobertura en las 7 ciudades con mayor población: Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia. Vodafone anuncia que la cobertura se mejorará durante el verano siendo más estable en exteriores y mejorando en interiores. La empresa ofrece una página donde se puede consultar esa cobertura y se espera que en poco tiempo se amplíe a más ciudades.
Por supuesto, esta cobertura reducida se nota, y simplemente andando por el centro de Madrid, o en zonas donde la cobertura se supone buena, se pueden observar fluctuaciones que no tendría mucho sentido. A veces notábamos que repentinamente el terminal iba a 3G y tardaba demasiado tiempo en volver a la red LTE, aunque sabíamos de sobra que la cobertura era buena. Pero no hemos observado problemas con el terminal de que se quede desconectado de la red, o pérdida de datos. Por supuesto, con el tiempo es de esperar que al aumentar el despliegue de nodos, la cobertura sea más estable y constante.
La red actual de 4G que se ha desplegado no permite realizar llamadas de voz, por lo que cuando vas a realizar o recibir una llamada, el terminal cambia de forma automática a 3G o 2G para ello. Es un procedimiento estándar que se denomina cs fallback y que, por otra parte, es comprensible. Dejando así la red LTE para sólo la conexión a internet y las actuales redes 3G o 2G (que se encuentran optimizadas) para las llamadas.
Cuando conocí este comportamiento, tenía algunas dudas de su funcionamiento, esperando que iba a sufrir de cortes de llamadas, llamadas perdidas, etc. Pero nada más lejos de la realidad. No ha habido ni un sólo problema de llamadas cortadas o perdidas, siendo el comportamiento perfecto.
Después de varias semanas de uso de la red LTE con el Nokia Lumia 920, os puedo asegurar que la diferencia es sustancial. Es como tener un dispositivo con conexión ADSL en la palma de la mano, dotando de una fluidez a la navegación y en muchos apartados al teléfono, que una vez que se prueban no se quiere volver atrás. Y eso que estamos en las primeras fases de despliegue.
El inconveniente actual que tiene es la escasa cobertura, pero que por otra parte, es solucionable en el tiempo y esperamos que Vodafone le vaya poniendo remedio a marchas forzadas. Y por otra parte, cuando dispongamos de las nuevas frecuencias mejorando la recepción en interiores, creo que nos acostumbraremos demasiado pronto a estas nuevas velocidades.
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