Probamos la tablet Lenovo Miix 2 de 10 pulgadas y os contamos nuestra impresiones

Lenovo está apostando muy fuerte por las plataformas Android y Windows, aunque ya sabemos que la empresa no se cierra puertas en un futuro inmediato. Y es con Windows precisamente con el que la firma está lanzando mayor numero de tabletas.

En el caso de hoy, queremos centrarnos en una opción muy interesante para profesionales y estudiantes que deseen contar con un producto preparado: la tablet Lenovo Miix 2 de 10 pulgadas que, unida a un teclado imantado, puede hacer las delicias de muchos usuarios.

Empezamos por su diseño, con unos materiales que emulan un aire metalizado y que suponen un grado agradable a la mano. El diseño es muy simple y quizás poco atractivo si lo comparamos con otras tablets como las Nokia Luma 2520 o la Surface 2. Con todo, su peso se antoja suficientemente ligero, aunque no podremos sostenerlo durante un largo período de tiempo sin notar cierto cansancio en los brazos.

En lo que se refiere a la pantalla, es quizás uno de los apartados que más me ha decepcionado, y es que la calidad de la pantalla deja mucho que desear pese a contar con una resolución Full HD. Además, los ángulos de visión no son todo lo claros que deberían. No me entendáis mal, no es la peor pantalla que he visto, pero quizás debíamos esperar algo más de un fabricante que aspira a liderar el mercado de tablets con esta plataforma.

Sus especificaciones pasan por un procesador Intel Atom Bay TrailZ3740 Quad Core a 1.33GHz, todo ello acompañado de una memoria RAM de 2GB. El punto positivo es que cuenta con el sistema Windows 8.1, que optimiza enormemente los recursos de los dispositivos donde se implementa.

Hablamos de Windows 8.1 completo, dejando de lado la versión RT. Desde la propia compañía nos comentan que no se busca ni se pretende en un futuro cercano hacer uso de la versión más “limitada” de Windows. Una decisión que, señalan, responde a la demanda de los propios usuarios.

Por último, pero no por ello menos importante, hablamos de un accesorio que se antoja parte casi imprescindible de esta tablet: un teclado imantado. Y es que aunque es opcional, el dispositivo parece muy enfocado a un uso ofimático que aproveche el gran tamaño y diseño del teclado, que se puede adaptar en hasta dos posiciones. Si bien es cierto que tras probar la tablet, incrustándola y separándola del teclado numerosas veces, parece que el mecanismo no es tan cómodo como pueda ser el presentado por Microsoft en sus Surface.

En líneas generales, hablamos de un producto interesante que, por unos 400 aproximados puede suponer un buen compañero de trabajo para muchos. Si bien es cierto que con buena ofertas que bajan incluso de los 380 euros por la Surface 2, este último se me antoja un mejor dispositivo en muchas de la facetas.