El problema de las Surface 3 y Pro 3 como tablets: su peso

En WinPhone metro hemos tenido acceso a los dos últimos modelos de Microsoft en su incursión al sector tablet y convertible con la gama Surface. Las Surface 3 y Surface Pro 3 han dado un salto de calidad a la gente de Redmond en este sector tecnológico, y a día de hoy son dos productos sumamente interesantes y de una gran calidad.

Sin embargo, en mi experiencia con ambos modelos, sigo viendo un problema “importante”, sino capital, en el uso de los dos productos en su formato tablet, esto es, para consumir contenido en forma de vídeo, navegación web o lectura de textos en pantalla. Este “inconveniente” no es otro que las propias dimensiones de sus cuerpos, que si bien cuentan con materiales de mejor calidad que el resto de competidores del mercado tablet, no permiten bajar de los 620 gramos a ninguno de los modelos Surface nacidos hasta la fecha.

Está bien, no es un peso radicalmente pesado, incómodo, pero si tendemos a sostener el producto con una mano, incluso con dos, al cabo de los pocos minutos acabaremos por buscar un soporte donde apoyar la tablet, y en este caso es algo más liviano, ya que contamos con el soporte de kickstand, pero la experiencia podría verse muy mejorada con una reducción importante de peso. Tengamos en cuenta que modelos como iPad Air 2 o Sony Xperia Z4 cuentan con pesos muy inferiores si los comparamos con el modelo Surface 3, el más ligero de la gama Surface.

Materiales y sensación de calidad frente a una mejorada experiencia a la hora de mover y desplazar el dispositivo. Es posiblemente un apartado de “gustos”, pero mi sensación me lleva a pensar que una mejora importante en este apartado colocaría a los modelos Surface un escalón más cerca de sus rivales más potentes. Es cierto que Surface no compite solamente en el sector tablet, también en el de portátil y convertible, pero buena parte del público objetivo verá este producto como un rival de Apple, Sony o Samsung, y en este sentido, la experiencia no es todo lo buena que debería.

Y ese es posiblemente el principal problema de la gama Surface. Tratar de competir en dos sectores de mercado como portátiles y tablets (si excluímos el de “convertibles”) al mismo tiempo y ser “el mejor” en alguno de ellos. Durante mi análisis de la Surface Pro 3 pude atestiguarlo. Es un gran modelo, sin duda, pero no es el mejor producto ni en tablets ni portátiles, quizás si en “convertibles”, pero tengamos en cuenta que cuando pensamos gastarnos algo más de 800 euros, solemos buscar lo mejor por ese precio.

Un puerto USB 3.0, diferentes conexiones que obligan a añadir algo de grosor, mejores materiales que la media son causas necesarias pero no suficientes para entrar a competir con las tablets más punteras del momento. El formato cuadrado que a partir de ahora empleará Microsoft en sus modelos Surface hacen de estos productos una provocación para consumir contenido en cualquier posición de la pantalla, y con un salto en la mejora de esta dimensión del producto, podríamos empezar a ver auténticos referentes en el mercado por parte de Microsoft. Dejando de lado eso sí, el increíble impulso para este tipo de productos que supondrá la llegada de Windows 10.