La familia Surface es, a día de hoy, una gama de productos de calidad, muy versátiles, potentes y cómodos de manejar para muchos tipos de usuario. El sector educativo, como pueden atestiguar Apple o Google con sus Chromebooks, es una baza importante, muy importante. A nivel económico puede resultar de interés, pero es quizás más trascendente el hecho que las futuras generaciones o los estudiantes actuales, se acostumbren a usar para diversión y para trabajo un producto y un ecosistema como Surface y Windows.
Por ello Microsoft sigue apostando fuerte por la publicidad. Actualmente cuenta con buenos productos, un buen sistema operativo como Windows 10 que empezará a llegar poco a poco a partir de verano, así como aplicaciones propias que cubren gran parte de las necesidades de los usuarios y estudiantes.
Sus fortalezas frente a rivales como los iPad, Macbook o Chromebooks son evidentes. Un convertible que permita extraer todo el potencial de una tablet pero a su vez servir como base para sacar el mayor provecho de aplicaciones potentes en un entorno de escritorio. Entrar en las aulas y convencer a las instituciones académicas no debería suponer un gran problema, aunque teniendo en cuenta la competencia con la que cuenta, sobre todo en Estados Unidos, el trabajo de marketing tendrá que ser más feroz que nunca.