Aquellos usuarios que nos sentimos muy identificados con la gama de convertibles Surface Pro sabemos que este tipo de producto requieren de un plus adicional para poder sacarles todo el partido posible. Como vimos en el análisis de la Surface Pro 4, este es sin duda un producto formidable, tanto a nivel de hardware como de mejoras en cuanto al software, aunque en este último punto aún le queda por avanzar. Pero si algo ha hecho que la experiencia sea muy buena han sido sus dos complementos esenciales: Surface Pen y la nueva funda teclado.
El “lapiz” o stylus que comenzara a llegar con los primeros modelos de Surface Pro ha ido madurando a medida que han pasado los años, y en esta última entrega, Surface Pen se queda cada vez más cerca de ser un completo sustituto de nuestra libreta de toda la vida. Con un botón trasero que nos permitirá dos acciones diferentes, muy sincronizado como siempre con One Note, y una parte de dicho botón que podremos usar para borrar como se de una gama se tratase, el comportamiento de este stylus es realmente sencillo e intuitivo.
OneNote es posiblemente el 60-70% del valor añadido de este Pen, no por nada lo primero que veremos nada más pulsar el botón será esta aplicación abriéndose ante nosotros, pudiendo comenzar a escribir o dibujar todo lo que queramos en ese mismo instante. La pantalla en conjunción con la punta de este lapiz detectarán a la perfección el tipo de pulsación que estamos haciendo, pintando o subrayando más fuerte según la pulsación, además de bloquear nuestra mano si nos da por apoyarnos encima de la pantalla como si fuera un cuaderno de notas.
Las mejoras son bienvenidas, y creo que es posiblemente una de las mejores experiencias con un stylus sino la mejor que podemos ver en una tablet para el mercado de consumo y profesional, pero para ciertos usos, como llevar un registro de notas o largas sesiones de escritura, creo que este no es aún el mecanismo perfecto. Sobre todo a la hora de escribir, al realizar el recorrido de las letras y las palabras, personalmente no puedo escribir de forma tan correcta y fluída como lo hago con mi boli BIC de toda la vida, y aunque estamos muy cerca de lograrlo (pestaña trasera de la Surface, pantalla que bloquea gestos que no sean el lapiz, diferentes puntos de presión…), parece que aún tendremos que esperar pa la experiencia perfecta.
¿Lo bueno? Este Surface Pen viene incluído en cualquier configuración de Surface Pro 4 y su batería nos durará un año sin tener que cargarlo, aunque después de ello tendremos que comprar otro.
Realmente no ha evolucionado demasiado con respecto al modelo del curso anterior con Surface Pro 3, pero las mejoras que han sido realizadas han dado en la tecla, y nunca mejor dicho. El primer cambio más importante es posiblemente el de las nuevas teclas, por un lado, con más recorrido, y por otro, ahora separadas entre ellas, aunque ello ha provocado que sean más pequeñas que en cursos anteriores.
¿Ha mejorado la experiencia? Sin duda alguna. Tendremos un teclado mucho más parecido a los clásicos que vemos en ultrabooks y portátiles, pudiendo detectar muy bien la separación entre ellas y por tanto permitir que nuestros dedos reconozcan perfectamente dónde están ubicados. Además el mayor recorrido de las teclas se nota a la hora de tener claro que esa tecla ha sido pulsada.
El touchpad también ha mejorado con respecto al modelo anterior, concretamente ha crecido un 40% respecto al 2014 y ello se nota y mucho. Fue uno de los principales problemas con los que me encontré cuando analicé el modelo Surface Pro 3, un touchpad que si bien estaba preparado para los nuevos gestos de Windows 10, aún no nos permitía esa comodidad de espacio para maniobrar ni esa fluidez por su superficie. Ahora es cómodo usar esta parte del teclado, y la experiencia mejora con creces. No obstante, cuando vuelvo a usar un touchpad como el de mi ultrabook o el de un Macbook, no puedo evitar sentir una emoción de alivio, quizás por el tipo de material con el que está construído el propio teclado, su solidez, o tal vez porque el tamaño de pantalla sigue limitando el margen para movernos en este teclado.
Ambos productos, Surface Pen y la nueva funda-teclado han mejorado, con novedades que realmente han aportado valor y que no me obligan a pensármelo dos veces si tengo claro que Surface Pro 4 es mi producto. Pero siguen sin ser la perfección que cualquier usuario que busque un producto por encima de 1200-1300 euros está requiriendo. Hay margen de mejora, pero si este es el camino que se va a seguir, sólo queda que esperemos sentados y nos frotemos las manos hasta el curso que viene. Bien hecho Microsoft.