Ayer mismo se dieron a conocer los primeros equipos con Windows 10 y procesador ARM. Algo esperado por muchos, ya que evidencia la ruptura del famoso binomio de Intel y Microsoft. Se nos presentan equipos con una gran duración de batería, encendido instantáneo, conexión a Internet LTE, menor generación de calor y con una potencia suficiente. Suena bien, pero, ¿por qué está haciendo esto Microsoft?
Hace ya varios años que tenemos en el mercado los productos Surface. Una idea de Microsoft de dispositivos híbridos que podían servir tanto como tabletas como de ordenador completo. A muchos nos llamó la atención y nos ilusionó su potencial. Incluso existía una versión en la que se tenía un procesador ARM. Con esto, Microsoft quería competir con el ataque directo que estaban sufriendo por las tabletas Android y de Apple. Pero, tenían un fallo en su complemento. Windows 8 no convencía y en gran parte, fue un lastre para el éxito de Surface. Menos aún convencía Windows RT que era un Windows limitado, y todo ello a pesar del buen rendimiento del sistema operativo y duración de batería.
No fue hasta las nuevas versiones de Surface y la llegada de Windows 10, que el pack se hizo más completo y comenzó a ser una idea a imitar por el resto de fabricantes. Ahora no nos extraña ver equipos portátiles con pantallas táctiles, o equipos híbridos que nos den una movilidad mucho mayor que un simple portátil. Es más, tal fue así, que hasta Apple tuvo que tragarse sus propias críticas lanzando su iPad Pro.
En esta situación en la que el mercado del PC está ya bastante más protegido y con las ventas de equipos híbridos subiendo (aunque el volumen total de PCs pueda decaer poco a poco), Microsoft tiene que pasar a una siguiente fase.
Después del fracaso de Windows RT, parece que Microsoft ha tomado nota. Y, como decimos, una vez que el mercado del PC está menos en peligro, es el momento de expandir Windows a más plataformas. Seguro que Microsoft quería haber atacado el mercado de dispositivos ARM mucho antes, pero su estrategia de aplicaciones UWP no funcionó adecuadamente.
Pensadlo, si hubiera tenido éxito, bastaría con un Windows RT algo renovado para ello. Pero no, la fuerza de las aplicaciones Win32 es mucha hoy en día. Y unido al fracaso de Windows 10 Mobile, ha hecho que el peso de las aplicaciones Win32 siga siendo mucha. Es más, parece que el éxito de la tienda empieza a ser algo mayor justo cuando han empezado a llegar a ella aplicaciones Win32.
En ese panorama, no le quedaba a Microsoft otra opción que convertir su Windows RT en un Windows 10 que soportase aplicaciones Win32 junto con un soporte nativo de aplicaciones UWP. Así, el propio sistema operativo será nativo ARM, y otras aplicaciones como Edge también. Pero, en principio, podremos utilizar cualquier aplicación Win32 normal.
Esto da una facilidad mayor para el diseño de equipos. Pensad en un fabricante que quiera realizar una tableta análoga a una Samsung Galaxy Note 10.1. No tiene que preocuparse por el software, ya que Windows ya viene incluso con el soporte del lápiz. Mientras que con Android el desarrollo que se tiene que hacer es bastante mayor para soportar y dotar de productividad a ese equipo.
Pero, ¿Dónde creemos que tendrá más éxito? Pues no creo que el éxito pueda llegar con equipos de gama alta y de gran potencia (para esos tenemos los equipos con Intel). Yo creo que su éxito vendría más de la mano de la gama media y de un segmento que Windows junto con Intel no han podido cubrir, y es el de las tabletas de reducido tamaño. O, es que, ¿nadie ha echado de menos un competidor del iPad mini? ¿Un equipo muy portable con soporte a lápiz, y que con una simple conexión a un monitor, teclado y ratón sea un ordenador completo?
¿Crees que Windows 10 ARM será un éxito?