La guerra fría entre Google y Microsoft vive otro nuevo y lamentable episodio. La total ausencia de aplicaciones nativas de los servicios de Google en Windows Phone es una buena muestra de lo poco que importan los usuarios de la plataforma de Microsoft a los chicos de Mountain View. Otra muestra es el hecho de que la versión web de los servicios de Google tengan una interfaz poco agradable y con menos funcionalidades en Internet Explorer Mobile que en sus equivalentes para otras plataformas. Este es el caso, por ejemplo, de la recientemente actualizada Gmail.
De la noche a la mañana, Google ha actualizado la versión web para teléfonos móviles de Gmail, y le ha añadido algunas mejoras a la interfaz, así como una mejor integración con Google Calendar. La nueva versión está disponible para usuarios de iOS, Android, BlakcBerry y Kindle Fire. Sin embargo, los usuarios de Windows Phone quedan de nuevo completamente de lado.
Como decía, esto no es la primera vez que sucede. Para Google los usuarios de Windows Phone siempre han sido una minoría que no merece su atención. Un argumento que se cae por su propio peso si tenemos en cuenta que Windows Phone pelea con BlackBerry por el tercer puesto del mercado de smartphones, y sin embargo los usuarios de BlackBerry no tienen todos estos problemas.
Como usuario habitual de los servicios de Google, acciones como esta me molestan muchísimo. En Google hace ya mucho tiempo que se olvidaron de predicar con el ejemplo de aquel lema que decía “Don’t be evil”. Que no haya aplicaciones nativas para sus servicios en la plataforma de la competencia, pasa. Pero que ninguneen de esta forma a los usuarios de Windows Phone es algo que en una empresa como Google está completamente fuera de lugar.
Quién sabe, a lo mejor lo que les molesta es que Windows Phone se pueda llegar a convertir en una alternativa real a su dominio en el mercado de smartphones. Ya mostraron su miedo en el pasado, filtrando los datos del Nexus 4 el mismo día que Microsoft presentaba Windows Phone 8. Es lo que se suele llamar en Internet un “attention whore”. De otros nos podríamos esperar algo así, pero de Google es una decepción personal con la que no contaba.