Versatilidad es posiblemente la palabra que mejor defina un producto como Surface Pro 4. No hay cambios demasiado importantes en lo que se refiere al producto como tal, al margen de su renovado teclado. Más pantalla, nuevos componentes internos que responden a la clásica renovación anual, pero nada que nos haya provocado poner los brazos sobre la cabeza y gritar enloquecidamente “¡Compro”!, en un primer momento. Quizás Surface Book era el protagonista de aquella tarde en la que Microsoft decidió presentar todas sus novedades de hardware, pero la gama Surface y su éxito nos obligan a detenernos muy mucho en esta pequeña evolución.
He usado Surface Pro 4 durante algunas semanas, ha sido mi ordenador para labores personales y profesionales desde el primer momento en que desempaqueté el producto de su embalaje original. Todas mis aplicaciones y contenidos preferidos pasaron a formar parte de su disco duro, que ya os adelanto, cuenta con un rendimiento imponente. Quería saber qué experiencia podría aportarme este convertible, esta tablet con teclado, que no tuviera con mi ordenador personal, un portátil potente de 15,6 pulgadas sin conexión a ningún monitor externo y sin uso de accesorios extra.
Y aparte de la primera impresión con su diseño, que ya sabéis es de lo mejor que nos vamos a encontrar, un mimo muy bien cuidado en sus materiales (magnesio), en su textura y la sensación que tendremos al cogerlo, este producto me transmite seguridad y mucha, mucha, versatilidad. Windows 10 ayuda a ello, no me cabe la menor duda, desanclar el teclado de la pantalla ya era muy sencillo, pero las carencias de Windows 8.1 eran evidentes en este sentido. Hardware y software no iban en ningún momento de la mano para la mejor experiencia de usuario, y eso ha sido, al menos, modificado.
Trabajo en un nuevo proyecto que quiero que mi compañero en la sala vea con sus propios ojos, pero en vez de pedirle que venga hasta mi sitio, mejor, cojo la pantalla y le llevo de primera mano mi nuevo trabajo. O me levanto por la mañana y quiero ver los nuevos vídeos de mis suscripciones en una aplicación como Hyper for Youtube, simplemente reclinando la pantalla sobre la pestaña trasera que sigue siendo el mejor complemento para una tablet, no admito discusión en este apartado. Podría mencionaros al menos 10 situaciones donde este formato tan ligero y adaptable se comporta mejor que un portátil, pero analizando un poco mi día a día, todos se refieren en su mayoría a sus dimensiones de consumir contenido o compartir contenido con otras personas que se encuentren cerca de nosotros. Es el potencial de las tablets, y en un modelo que ataca a portátiles y tablets a la vez, las ventajas se iban a hacer evidentes.
El teclado, apartado que valoraremos más en profundidad en otro artículo, ha sido mejorado notablemente. Dos cambios principales: teclas más pequeñas pero con mayor recorrido y separadas entre ellas, y un touchpad que ha crecido un 40% con respecto al modelo anterior. Y se nota, se nota mucho de hecho. Más adelante os cuento mi experiencia general, con vídeo incluído, pero puedo decir que ahora sí es un elemento que puede desenvolverse muy bien en cualquier situación, aunque aún le falta algo de recorrido, sobre todo a nivel de solidez de los materiales comparándolo con el de los ultrabooks.
A ello ayuda mucho una gran pantalla pegada a un teclado. Ha crecido en tamaño, poco eso sí, apenas 0,3 pulgadas, y la sensación no es de ser mucho mayor que en su anterior entrega, pero al igual que el modelo anterior me sorprendió en cuanto a su calidad, esta no ha hecho sino afianzarme aún más en el argumento de que estoy delante de, posiblemente, la mejor pantalla de un convertible, en el top más potente de la actualidad. Ya sea por la nitidez de los objetos en pantalla, asombrosa, o por sus colores, muy vivos y representativos, o su brillo, esta pantalla es una auténtica delicia para ser usada y ver nuestros youtubers favoritos en 4K.
El problema, bendito problema, es que el curso pasado se elevó mucho el listón a nivel de calidad de pantalla, pero ese pequeño aumento en su tamaño puede hacer que aquellos usuarios a los que 12 pulgadas les parecía demasiado pequeño para poder lidiar con el como su equipo principal, puedan ahora tener menos pegas, aunque como os digo, el cambio tiende a notarse poco, muy poco, lejos aún de las clásicas 13,3 pulgadas que vemos en portátiles ultrabooks.
Si sois de esa clase de usuarios que quiere tener lo mejor de lo mejor en pantalla, incluso aunque a veces no entendamos los datos que nos aportan los fabricantes, puedo aseguraros que comprando esta Surface Pro 4 tendréis la gama más alta para consumir y crear contenido. Todo cumple, excepto una cosa, y es posiblemente el principal “pero” de este dispositivo en general, ese tamaño que nos obliga a necesitar de una pantalla externa para trabajar en nuestro hogar, o que nos obliga a mirar con recelo al compañero de al lado cuya pantalla es notablemente más grande. Cuestión de peso, dimensiones y accesibilidad para los que la usemos también como una tablet, un 50-60% de su naturaleza inicial, pero que obliga a preguntarnos si realmente las cosas mejorarán para Microsoft.
Posiblemente en el sonido sea el apartado donde he encontrado más cambios con respectos al modelo anterior, altavoces que encontraremos “disimulados” en la franja superior fronal , la mejor ubicación posible para implementar un sistema de audio en una pantalla. El resultado es espectacular, sin más. Su potencia a nivel de volumen es notable, pero el control del ruido y la calidad del audio es sobresaliente. Además el principal cambio que he notado es la fuerza de los graves en cierto tipo de películas y vídeos, ahora mucho más potentes y que nos permiten dejar el dispositivo a 3-4 metros de distancia sin preocuparnos de que vayamos a perder demasiado audición en el proceso.
Surface es una gama pensada para sacar lo mejor de nosotros, ya sea para trabajar con el mejor ecosistema de aplicaciones posible en formato escritorio, pero también para consumir contenido en formato tablet, un tipo de producto que nació precisamente por y para este cometido, al menos eso era en un principio. Y ya sea para uno u otro fin, el apartado multimedia de Surface Pro 4 cumple con creces, una muy alta calificación debe salir de mis notas de análisis y es que la combinación de pantalla y sonido nos otorgan una de las mejores experiencias en un producto tablet o convertible. Sin duda.
A nivel de rendimiento Surface Pro 4 no tiene nada que envidiar a la mayoría de dispositivos Windows a fecha actual. La fluidez para movernos entre aplicaciones, por todo el sistema, en menú clásico de escritorio o de tablet, cualquier cosa que no requiera de una enorme potencia es pan comido.
Sigue sorprendiéndome la versatilidad que me permite contar con una tablet y un teclado de esta calidad que pueden verse unidos, es una auténtica delicia manejarnos en diferentes situaciones y es algo que un portátil al uso no nos permite, sobre todo en lo que se refiere al peso y la versatilidad de los ángulos en los que podremos reclinar la tablet.
Me he encontrado con calentamientos asumibles, aunque de vez en cuando el ruido que desprendía su interior era algo exagerado, no ha sido una experiencia regular que suceda todos los días, pero es cierto que cuando ocurre podríamos llegar a sorprendernos, pero nada fuera de lo normal. Lo bueno en este sentido es que el calentamiento se reduce a la parte superior trasera de la tablet, por tanto, cuando lo estamos cogiendo con dos manos, apenas notaremos esa sensación, y eso es algo a tener en cuenta.
Su disco duro ha demostrado una gran potencia y sobresalientes tasas de lectura y notables en cuanto a lectura. Con un buen almacenamiento externa de calidad, pasar archivos en este producto es una verdadera delicia, y ello también se nota cuando necesitamos editar vídeo con multitud de tomas diferentes, por ejemplo. Su gama de procesadores engloba tanto a los nuevos m3 como Core i5 o i7 de la sexta generación de Skylake de Intel. 4, 8 o 16 GB de memoria RAM les acompaña. El modelo que he probado es el intermedio, con un i5 y 8GB de RAM, y el rendimiento ha sido notable.
Quizás el principal problema haya venido en forma de compatibilidades y errores propias del software Windows 10, que aún se antoja algo poco optimizado para los nuevos procesadores y memorias integradas. La sensación es de no estar delante de una óptima gestión de la pareja software-hardware, aunque es algo que seguramente con actualizaciones podamos ver muy mejorado. Cumple en casi todo lo que pidamos, aunque tengamos en cuenta que se trata de una gráfica dedicada, y que títulos potentes y actuales serán algo muy dificil de correr. No obstante, usando Microsoft Edge, es posible ver dos vídeos de youtube a la vez en resolución 2K, algo digno de ver en un producto de estas dimensiones y peso.
En cuanto a la batería, quizás sea este el apartado en que mayor decepción he sentido y es que con poco más de 4 horas y media, 5 a lo sumo, la pantalla de esta Pro 4 se verá relegada a apagarse mientras enchufamos el cargador de su batería. No es algo demasiado alarmente, pero contamos a día de hoy con portátiles con baterías muy superiores, o tablets que con un uso mucho más reducido a nivel de potencia, todo sea dicho, nos permiten mantenernos hasta dos días usando cómodamente su pantalla. En reproducción de vídeo podríamos llegar a 8 horas en visionado local, sin conexión Wi-Fi, una cifra que tampoco le posiciona en la primera posición que digamos.
Surface no es una gama demasiado asequible, menos aún si contamos con que el teclado no llega incluído en el pack, al contrario que otros fabricantes han decidido hacer. Ello supone que el precio de salida para la Surface Pro 4 más asequible sea de 999,00 euros sin teclado, aunque con pen incluído. Y os aseguro que el teclado es algo indispensable en este tipo de producto, sin duda. Pero como veréis en la valoración, es un producto que puede merecer y mucho su precio.
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p>Podría haber sustituído nuestro portatil, de hecho,si tenéis pensando usarla con un monitor externo en vuestro hogar, puede hacerlo, pero mi experiencia tras alguna semana de uso es que echo demasiado de menos una pantalla de 13,3 pulgadas y un teclado más sólido a nivel de materiales para trabajar. Es un gran paso con respecto al curso pasado, no me cabe la menor duda, pero en ciertos usos, sigo prefiriendo el estilo de ultrabook clásico, más ahora que contamos con portatiles sumamente potentes con poco más de un kilo de peso.
En el sector tablet es un dominador absoluto, aunque al contrario que en portatiles, su tamaño no se hace pequeño sino grande para ser usado cómodamente con dos manos mientras andamos. Es un pero a tener en cuenta, pero su apartado multimedia y su pestaña trasera se complementan a la perfección para que la experiencia sea lo más placentera posible.
Ahora sí, si quieres un uso de tablet y algo de portatil clásico en un mismo producto, no hay debate. Surface Pro 4 es tu producto, no mires más, porque no vas a encontrar nada mejor. Es un producto de calidad, y con el paso del tiempo y la mejora en la optimización de tamaño de pantalla y peso, el modelo Surface puede acabar comiéndose a los dos mercados a la vez, aunque aún no es el momento.