Estamos seguros que muchos de vosotros os gusta personalizar vuestro Windows. Y una de las cosas que más solemos cambiar es la imagen del fondo de escritorio. Con Windows es muy sencillo escoger cualquier foto que tengamos, tanto descargada de Internet como realizada por nosotros mismo, y convertirla en la imagen del fondo de escritorio. Podemos hacerlo tanto desde el explorador de archivos, con el botón derecho sobre la imagen, así como desde la aplicación de Fotos de Windows 10. Pero seguro que os habéis fijado que algunos temas, o amigos, tienen una imagen de fondo de escritorio que va cambiando cada cierto tiempo. Pues bien, hoy os vamos a explicar cómo poder realizarlo.
Es una de las mejores formas de disfrutar de esas fotos que has hecho en un viaje y que quieres recordar, o tener una colección de fondos excepcionales y que cada cierto tiempo vaya cambiando. Para conseguirlo, basta con seguir unos pasos sencillos. El primero de ellos, es guardar las fotos que quieras poner como fondo en un directorio en tu ordenador. Puedes dejarlo en tu librería de imágenes, o en la unidad que quieras. De esta forma, tienes localizadas y controladas las fotos que van a presentarse.
Una vez que tienes la carpeta en tu ordenador con las fotos, nos iremos a configuración, a la sección de personalización y veremos el apartado de fondo. Basta con que escojas en el menú desplegable la opción de presentación. Una vez escogida, verás un botón que indica examinar. Púlsalo y selecciona la carpeta en la que tienes las imágenes guardadas.
Simplemente con esto, se irán presentando ya las fotos una a una. Pero además, podrás controlar otros aspectos de ese presentación. Así, puedes escoger el tiempo que transcurre para cambiar la foto, pudiendo escoger desde un minuto hasta un día. También puedes escoger si el orden es el alfabético (por si quieres controlar el orden de presentación) o si debe ser un orden aleatorio. Y, por último, se puede especificar cómo se tiene que reescalar la foto para ajustarla al fondo, si es que es necesario.
De esta forma tan sencilla puedes disfrutar de tus fotos favoritas en el escritorio, ayudando a personalizar tu ordenador, o quien sabe, haciéndote recordar un viaje interesante que realizaste recientemente.
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