Hace algunos meses que os hablamos sobre el modelo un fabricante un sistema operativo y las alternativas y posibilidades que se presentaban ante las principales compañías del sector. La compra de la división de móviles de Nokia por parte de Microsoft nos permite más que nunca discutir sobre qué senda tienen en mente seguir los chicos de Redmond. Pero no nos equivoquemos, la decisión seguramente está ya tomada y sólo nos queda intercambiar opiniones con vosotros sobre los pros y contras de cada opción.
Lo primero es aclarar qué motiva a pensar que Microsoft ya ha decidido. Igual que la compra de Nokia ha sido una etapa más dentro de la hoja de ruta que se habían propuesto completar para este año, no es lógico pensar que el siguiente paso no esté planificado por Steve Ballmer antes de dejar el mando en manos de su sucesor. Tanto si Stephen Elop fue (como parece) su caballo de Troya como si no, parece claro que en Microsoft se decantaron por una estrategia y tienen la determinación y paciencia necesarias para llevarla a cabo.
En Android existe una amalgama de fabricantes que usan el sistema operativo de la gran G. Con la compra de Motorola surgieron las mismas dudas que aparecen ahora en Windows Phone, no estando claro si el lógico favoritismo que conlleva la situación generará una competencia tan desigual que suponga la marcha de algunos fabricantes a otros sistemas operativos. El caso más evidente es el de Samsung y su plan B desarrollando Tizen, aunque los retrasos sufridos y los caramelos en forma de Google Edition parecen haber demorado el conflicto.
Pero el otrora teórico Surface Phone (o Microsoft Lumia), ha pasado a ser una gama de terminales que se venderán en todo el globo y con todos los operadores, no como los Motorola. Si Nokia ya tenía arrinconados al resto de participantes, ¿qué opinarán estos de la nueva situación? Si Microsoft quiere mantenerles y que los que pensaban unirse no aborten su llegada, deberá manejar con cuidado sus próximas medidas y anuncios.
La integración del ecosistema Windows (móviles, tabletas y ordenadores) despegará con Windows Phone 8.1 en 2014. Son muchos los fabricantes asiáticos interesados en estar ahí cuando suceda pero también es cierto que en Redmond necesitan a esos mismos fabricantes para arrebatar a Android en un mercado tan importante la parte del pastel que supone la gama baja. Consolidar la plataforma como alternativa al sistema operativo de Google en los móviles económicos es el target que debe completarse si a la larga se quiere competir con Android y iOS en todos los frentes. Microsoft sabe que sólo así aumentará su cuota global de mercado, tan lejana ahora de la de sus competidores.
Con la inmente llegada de un terminal más económico y el más que probable lanzamiento en 2014 de un iPhone 6 con un mayor tamaño de pantalla, Apple por primera vez reacciona (un poco tarde además) ante los aciertos de otros en lugar de ser quien innova. El modelo económico demuestra que un único terminal, sobre todo si es un gama alta, no basta para mantener la actual cuota de mercado. En Microsoft pueden decidir que no necesitan las escasas ventas de HTC, Samsung y Huawei, dejándoles marchar por ser la gama Lumia lo suficientemente extensa.
Pero volvemos al asunto asiático. No es testarudez, es un hecho que los mercados emergentes como China e India son la llave para obtener una gran cuota de mercado y unos beneficios que creen la base para invertir en una gama alta innovadora (las especificaciones mandan) y para calmar a los accionistas. Si los actuales y futuros fabricantes, por poco que aporten, no se encuentran dentro de la plataforma el objetivo se complica y se corre el riesgo de que los fabricantes asiáticos saturen el mercado de tabletas y smartphones Android.
Seamos realistas, la situación de las tabletas equipadas con Windows no pasa por un buen momento y siempre será mejor tener a fabricantes como LG y Acer vendiendo tabletas y móviles con Windows 8.1 y Windows Phone 8.1 a precios contenidos, que el tenerlos en contra. Una mala decisión respecto a la división de móviles puede afectar negativamente a todo el ecosistema.
Como podéis ver, Micosoft se encuentra ante un momento clave y de cómo aproveche la reciente adquisición dependerá en gran medida el éxito o fracaso de su sitema operativo móvil y quizás de todo su renovado ecosistema. El que suscribe opina que cuantos más fabricantes mejor, y con un trato igualitario. Windows Phone debe mantener el concepto de similar experiencia de usuario y desea que la compra de Nokia facilite que a partir de ahora las mejoras como la actualización Amber sean comunes a todos los dispositivos y no exclusivas de una única marca.
¿Qué creéis vosotros que tiene en mente hacer Microsoft?