Hoy hace casi once meses desde que llegó a un pequeño pueblo de Badajoz un Nokia Lumia 830. Un teléfono que no era el que previamente adquirí, ya que el que realmente compré antes de las Navidades de 2014 fue el Nokia Lumia 735, pero al no haber existencias de éste en la misma tienda online, me ofrecieron por el mismo precio un flamante Nokia Lumia 830 en color blanco. Un chollo.
Me fascinó. Pocas veces he tenido una sensación similar en la presentación de un dispositivo. La primera, cuando Steve Jobs presentó el primer iPad, y la segunda, cuando fue presentado durante el IFA 2014 el sexy Nokia Lumia 735. A pesar de ello, sin comerlo ni beberlo me encontré con un dispositivo con especificaciones similares, aunque con una pantalla un poco más grande y de tecnología IPS, así como una cámara superior. El diseño del Lumia 830 también me encandilaba, aunque tengo que reconocer que no al mismo nivel que su pequeño hermano.
La historia con mi nuevo teléfono iba sobre ruedas. Estaba contento con su pantalla, aunque al principio me costó adaptarme a las cinco pulgadas, ya que venía de un Nokia Lumia 620 que a penas llegaba a las cuatro, así como con su rendimiento, apartado fotográfico, batería y demás características que ofrece el dispositivo. Y llegó la primera prueba.
Tras cinco meses con el terminal, concretamente a finales de junio de 2015, dejó de funcionar el botón táctil de búsqueda. No le di importancia ya que era un botón que a penas utilizaba, aunque me extrañó. No tuve que esperar demasiado para darme cuenta de que los otros dos botones comenzaban a no responder correctamente. Tras unas agónicas horas dejaron de funcionar por completo.
En ese momento la primera opción a la que recurrí fue la de reestablecer el terminal. No funcionó. La segunda fue utilizar el programa que proporcionó Nokia en su día y que tantas veces os hemos recomendado, Nokia Software Recovery Tool. Tampoco resolvió el problema.
Tras intentarlo todo acudí como última vía al soporte técnico. Busqué información por internet, aunque lo que en realidad buscaba era lo que se conocía como [Nokia Care Point]](https://winphonemetro.com/2015/07/microsoft-podria-cerrar-nokia-care-europa), que son centros oficiales de reparación que disponía la finlandesa en nuestro país hasta antes del verano de 2015.
Para mi sorpresa había dos en mi Comunidad Autónoma. Sin embargo, tras completarse la compra por parte de Microsoft de la división de móviles de Nokia, tuve mis dudas sobre quién debía arreglar mi terminal. Por este motivo, llamé por teléfono directamente al servicio de soporte técnico de Microsoft, en el que me atendieron muy amablemente. En esta llamada fue cuando me ofrecieron el número de contacto del Nokia Care Point más cercano para que llevase mi dispositivo.
En este caso el centro más cercano se encontraba en la ciudad de Badajoz, aunque en realidad se trataba de una tienda Orange, en la que, además de ofrecer sus servicios como operadora, disponían de un técnico que reparaba terminales Nokia desde hacía años. Fue este señor el que me confirmó lo que nosotros os contamos unos días antes, que Microsoft cerraría estos puntos de reparación de terminales.
En la trastienda de la propia tienda se encontraba su pequeño taller de terminales, sin embargo, me comunicó que solo podía realizar pequeñas reparaciones, teniendo que enviar a un centro en Madrid aquellos terminales con problemas más complejos. Fue mi caso. Para ello solo necesitó el terminal sin batería, sin carcasa y evidentemente sin tarjeta SD, además del código IMEI para que comprobarán que el Nokia Lumia 830 se encontraba en garantía.
Los plazos se cumplieron, ya que en menos de diez días enviaron el terminal reparado al centro de Badajoz. En el documento adjunto al terminal me comunicaron el arreglo realizado, siendo en este caso una reparación de componentes mecánicos y sin especificar nada más.
Dos meses fue lo que tardó en volver a suceder. Fue además de la misma manera, en cuestión de horas dejaron de funcionar los botones táctiles, incluso en el mismo orden, primero el de búsqueda y unas horas más tarde los otros dos. Volví a probar haciendo hard reset y con la aplicación Nokia Software Recovery Tool, pero no hubo manera.
Llamé de nuevo al Nokia Care Point de Badajoz en el que me confirmó que ya no trabajaban para Nokia, así que tuve que realizar todo el proceso mediante la página de [soporte técnico de Microsoft. Al entrar en la misma hay que pulsar sobre dispositivos Lumia, a continuación sobre el terminal que necesitamos reparar, que en este caso fue el Nokia Lumia 830, y finalmente en Solución de problemas.
En este punto, la página de soporte nos pregunta cuál es el problema, mostrando diferentes apartados entre los que poder seleccionar. Sin embargo, las vías de solución son las mismas que ya había probado previamente, ofreciéndome finalmente comprobar mis opciones de reparación. En dicha página tecleé el número IMEI de mi teléfono para comprobar que se encontraba en garantía.
Tras la correspondiente comprobación, rellené un pequeño cuestionario en el que, además de escribir algunos datos personales, escribí brevemente el problema surgido en mi dispositivo. A continuación nos indican los pasos para enviarlo correctamente al centro de reparaciones a través de Correos. Para ello nos exigen enviar el terminal actualizado con la última versión, el cual es necesario enviar bien protegido y sin carcasa, sin batería y sin tarjetas. En mi caso tuve que adjuntar además el documento de la reparación anterior, ya que el problema era el mismo. Por cierto, el envío mediante Correos fue gratuito.
Al igual que en la primera ocasión cumplieron con los plazos, ya que en nueve días pude recuperar de nuevo el terminal reparado. Esta vez la solución dada por parte de Regenersis (empresa encargada de la reparación) es la misma que la de la primera vez, reparación de componentes mecánicos, aunque esta vez los componentes sustituidos fueron diferentes.
Casi en el mismo espacio de tiempo que entre la primera y la segunda reparación, volvieron a estropearse dos meses después los botones táctiles inferiores. Por este motivo, tuve que realizar por segunda vez los mismos pasos dados en la reparación anterior. De la misma manera, recuperé el terminal reparado en menos de diez días hábiles. Esta vez la operación realizada fue sustituir la placa principal del Nokia Lumia 830.
Solo ha pasado un mes desde que lo recibí, así que tendré que esperar para comprobar si esta última ha sido la reparación definitiva. Al exponer de una forma tan detallada mi experiencia, quiero reconocer positivamente el soporte técnico que ofrece Microsoft, así como el que me proporcionó en su día Nokia, a pesar de que de ello se encargue una empresa subcontratada, con el objetivo posiblemente de ahorrar costes.
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