Microsoft dio a conocer de manera oficial el nombre de la segunda gran actualización de Windows 10 para este año, la cual ahora conoceremos como Fall Creators Update, con novedades enfocadas más en el diseño del sistema operativo, junto a otros anuncios importantes.
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Una de las noticias que más llamaron la atención durante la presentación, fue el rediseño de Windows 10, siendo más específicos, lo que conocíamos como Project Neon, que ahora oficialmente pasa a ser Microsoft Fluent Design System, el cual, no solamente afectará al propio sistema, también a las aplicaciones, servicios y plataformas que trabajen junto al mismo.
Durante las últimas semanas, poco a poco se han ido revelando algunos de estos nuevos diseños en varias de las aplicaciones disponibles en la Tienda de Windows, como es el caso de Groove Music, que ya ha empezado a adoptar este cambio de imagen junto a otros programas.
Algo que pudimos ver durante la demostración de Microsoft, es que definitivamente están trabajando por crear una interfaz mucho más atractiva y acorde a los tiempos modernos, pues uno de los objetivos de la compañía es que tanto su sistema operativo, como las aplicaciones que corren en él, destaquen de la competencia.
Todo parece bien hasta aquí, sin embargo, la estrategia para que los usuarios de versiones antiguas de Windows migren a la última versión, podría verse frenada precisamente por Fluent Design System, pues este cambio de diseño trae modificaciones como transparencias, animaciones, iluminación, profundidad de los elementos y su movimiento, entre otras.
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Los cambios de diseño que vendrán con la Fall Creators Update podrían resultar muy atractivos para la mayoría, pero, ¿qué ocurre con aquellas personas que poseen un dispositivo con características de hardware justas para correr Windows 10? Lo más probable, es que, a mediados de septiembre, cuando se instale esta actualización, el rendimiento pueda verse seriamente afectado.
Si nos remontamos al pasado de Microsoft, específicamente a Windows XP, muchos usuarios se quejaron y criticaron en gran medida la evolución a Windows Vista, una versión que trajo importantes cambios estéticos, uno de ellos las famosas transparencias. Pero precisamente estos cambios también trajeron mayores exigencias de hardware, haciendo que los equipos se volvieran lentos y torpes. Una de las razones por las que XP sigue teniendo una presencia importante en el mercado.
No queda otra opción más que esperar a que llegue la implementación de la nueva interfaz de Windows 10, para descubrir si en efecto requiera mayor demanda del sistema, o si la gente de Redmond logra implementar este cambio sin sacrificar el rendimiento.
¿Crees que Fluent Design System vaya a ser así de exigente con los recursos?
Fuente | Soft Zone